Emma Ozores

Actriz

«Antes de salir a escena siempre digo: va por ti, papá»

La actriz Emma Ozores sorprenderá este domingo 9 de noviembre al público vallisoletano con 'El último que apague la luz, una divertida comedia escrita y dirigida por su padre, Antonio Ozores, en la que comparte protagonismo con el actor Rubén Torres. La obra, que podrá disfrutarse en la Casa de la Música y el Teatro de Arroyo de la Encomienda a las 19:00 horas, es todo un homenaje al humor más clásico y al talento del inolvidable maestro de la risa. Durante hora y media, el público será testigo y también protagonista, de un espectáculo lleno de ingenio, ironía y ternura, en el que se muestran diferentes situaciones cotidianas y maneras de conquistar al otro sexo. Todo ello con el sello inconfundible de la familia Ozores.

Emma, ¿qué supone para ti traer 'El último que apague la luz' a Arroyo de la Encomienda?

Me hace muchísima ilusión. Llevábamos mucho tiempo, más de ocho temporadas, haciendo la obra en Madrid y tenía ganas de salir de gira, de acercarla a la gente que no ha podido desplazarse a verla a la capital. Para mí es muy bonito poder desplazarnos con la obra por distintos puntos de la geografía española, y ver cómo el público disfruta, se ríe, se emociona… Además, hay un momento en el que se recuerda a mi padre en el escenario, y eso para mí es de lo más importante. Al público le encanta y hasta se levantan a aplaudir en mitad de la función. Saber que durante hora y media van a pasarlo bien y desconectar del día a día me emociona mucho. Lo cierto es que tengo otros muchos proyectos en mente, pero el hecho de seguir llenando, nos anima a continuar. Así que, mientras el público siga respondiendo tan bien como hasta ahora, seguiremos girando con esta obra.

En tanto tiempo de gira habrás vivido de todo con esta obra.

¡De todo! A veces nos hacemos 1.700 kilómetros en un solo día y llegamos cansados, claro, pero cuando ves al público tan cariñoso se te pasa todo. Muchos vienen a ver qué hace «la hija» y a recordar al padre, y eso crea una conexión preciosa. Notas el cariño en los aplausos desde que sales a escena. Además, trabajar con Rubén Torres es una auténtica maravilla. Es un actor que descubrí hace años, en mi época de Farmacia de Guardia y me encantó. Ha sido un acierto contar con él para esta obra.

¿Qué tiene esta comedia para que el público siga respondiendo después de tantas temporadas?

Es una obra muy distinta a lo habitual. No tiene un argumento lineal ni un final cerrado. Son pequeñas escenas con personajes diferentes que creamos a partir de pelucas y otros detalles o complementos. El atrezzo que utilizamos en el escenario es mínimo, así que todo se construye con la imaginación del público, que siempre entra en el juego.

La obra, además, mantiene muy vivo el legado de tu padre, Antonio Ozores.

Sí, totalmente. Para mí es una función entrañable. Mientras el público quiera, seguiré haciéndola, porque es una forma de recordar a mi padre y de hacer feliz a la gente con algo que salió de su cabeza. Antes de cada función siempre digo: «Va por ti, papá». Hay un momento en el que el público aplaude algo suyo, y yo siento que se lo están dedicando a él.

De hecho, él también es el director de la obra.

Sí, claro. Él la escribió y la dirigió hace unos veinte años y eso se nota en cada detalle. Tenemos un vídeo con todas las posiciones y movimientos, así que está todo tal cual lo dejó. Además, me acuerdo perfectamente de lo que decía en los ensayos. Hay gente que después de la función me dice: «He visto a tu padre en el escenario». Y yo pienso que eso es algo precioso. Otros me dicen que les recuerdo mucho a él… son cosas muy emocionantes.

¿Cómo invitarías al público vallisoletano a disfrutar de esta obra en Arroyo de la Encomienda?

Les diría que vengan a la Casa de la Música y el Teatro de Arroyo a pasar una hora y media de risas, de diversión y de sorpresas. Es una obra diferente, con momentos en los que hablamos directamente con el público y les hacemos partícipes. Es una función muy viva, muy interactiva, que rinde homenaje al teatro de antes y, sobre todo, al talento y al ingenio de mi padre.

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