El ADN permite identificar a un veterano delincuente cinco años después de un atraco en Arroyo

Todo ocurrió el 29 de junio de hace cinco años. En una calurosa mañana de verano de 2015 en la que un encapuchado, un varón delgado y de mediana altura, se plantó armado con una pistola en la sucursal del Banco Sabadell de Arroyo de la Encomienda para cometer un fugaz atraco (sin heridos)en el que logró reunir un botín cercano a los 2.500 euros y huir en una singular fuga que le llevó a colarse en un garaje cercano para dejar la ropa de trabajo (pasamontañas, chaqueta...) y el arma ocultos bajo un coche ante de dar esquinazo definitivamente a los agentes. Pero cometió un error. Entre sus prendas dejó un pedacito de sí mismo que los investigadores de la Guardia Civil lograron convertir en un marcador biológico de ADNque ahora, cinco años después del golpe, ha permitido identificar y detener al sospechoso, un veterano de 61 años, M. A. V. A., con numerosos antecedentes que se remontan a los tiempos, incluso, del poblado de La Esperanza, aquel foco de delincuencia y drogas que desapareció de la capital en 2003.

El caso es que este incombustible delincuente fue detenido días atrás por la Policía Nacional acusado de otro delito (sin especificar) y se le tomó una muestra de ADN que fue a parar al sistema que comparten con la Guardia Civil. Y saltó el positivo. La muestra biológica actual del sospechoso, M. A. V. A., coincidía (al 99,9%) con otra archivada desde aquel lejano verano de 2015, cuando los agentes tomaron aquel indicio de las prendas del atracador de la sucursal del Banco Sabadell atracada aquel 29 de junio.

Así que el hombre de 61 años tendrá que responder ahora de un delito de robo con violencia. Y todo por un minúsculo error. Una muestra de ADN que puede llevar al sospechoso a enfrentarse a penas de hasta cinco años de prisión. El botín (2.500 euros), eso sí, voló aquella mañana.

El atraco en sí tuvo lugar a las 13:00 horas del 29 de junio de 2015, cuando el asaltante, con el rostro cubierto, se plantó en la sucursal del Banco Sabadell, situado en una esquina de la plaza de España, bajo los soportales, a ochenta metros exactos de la Comisaría de la Policía Local. Así que la huida, pese a que logró un suculento botín después de encañonar con una pistola a un empleado, se presentaba compleja. Aún así se coló a un garaje comunitario, se quitó la ropa reconocible y logró salir de allí indemne. Hasta ahora. Sus prendas y el arma fueron recuperados por los guardias civiles en un vehículo que estaba cubierto con una lona en el estacionamiento. La ropa estaba debajo y la pistola la escondió en el hueco de la ­rueda.

La Guardia Civil informó ayer de la doble detención (primero a cargo de la Policía Nacional y luego por el atraco) del sospechoso, que puso fin a una operación, bautizada como 'Atlander', que comenzó el 29 de junio de 2015 y que acaba de concluir ahora, en febrero de 2020. Caso ­cerrado.