Una jornada histórica de hermandad en Arroyo de la Encomienda

El sábado, Arroyo de la Encomienda vivió una jornada histórica con la primera romería que unió a sus dos santos patronos: San Juan Evangelista y San Antonio de Padua. La celebración, que buscaba fomentar el espíritu de hermandad entre los vecinos, reunió a varios centenares de fieles.

A las once de la mañana, la imagen de San Antonio de Padua, al son de las dulzainas, fue procesionada desde los exteriores de la Casa de la Música y el Teatro. El recorrido, que transcurrió por el camino de La Ribera, fue una estampa cargada de fervor y alegría, en la que participaron arroyanos de diferentes generaciones.

A medio camino, se hizo un alto para escuchar a la coral local Támbara, que ofreció una emotiva interpretación de la canción popular «Los Pajaritos de San Antonio». Mientras la procesión crecía en número, la expectación también aumentaba a medida que se acercaba el destino final, el Parque del Socayo, situado a pocos metros de la iglesia de San Juan Ante Portam Latinam. Allí, cientos de personas aguardaban con emoción el ansiado encuentro entre las imágenes de San Juan Evangelista y San Antonio. La llegada de ambas figuras religiosas estuvo marcada por la solemnidad y los acordes del himno de España, que estuvo interpretado por la Banda de la Escuela Municipal de Música.

Tras el esperado encuentro, los presentes disfrutaron de varias jotas que llenaron el ambiente de alegría, antes de dar paso a la celebración de la Palabra, un acto litúrgico en el que se realizó una ofrenda floral. La jornada continuó con una comida de hermandad, organizada por la cofradía de San Antonio de Padua, donde los vecinos compartieron mesa y vivencias.

El programa festivo contó también con varias actuaciones musicales culminando con una misa en la iglesia de San Juan Ante Portam Latinam. Ana Sánchez, concejala de Cultura del municipio, destacó lo especial de esta jornada festiva señalando que «ha sido un precioso día de convivencia. El acto central se trataba del encuentro de dos santos, pero como trasfondo, lo más bonito de todo ha sido el encuentro entre vecinos».

De este modo, Arroyo de la Encomienda vivió un día de unión, fe y tradición, donde lo religioso se fundió con lo lúdico y que muy probablemente marcará el inicio de una nueva tradición en el municipio.

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