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Domingo, 24 de noviembre 2024, 00:01
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El moderno y recién estrenado edificio de la Casa de la Música (C/ Dulzaina, 2) es la sede de la Escuela Municipal de Música de Arroyo de la Encomienda. Este coloso arquitectónico situado junto al río Pisuerga, ofrece unas condiciones ideales, tanto acústicas como estructurales, lo que permite una enseñanza de calidad. En sus pasillos, el bullicio es constante. Alumnos de todas las edades van y vienen, cargados con sus instrumentos. En una de las salas ensaya a Alonso Santana, un arroyano de 10 años que es un apasionado de la batería. «Me encanta», dice con las baquetas en la mano. «Lo mío es la percusión. Empecé con 3 años«, prosigue mientras le da a los platillos. Alonso es uno de los casi 400 alumnos matriculados en esta gran escuela, que se fundó en el 2004, que está gestionada por la Asociación Musical Allegro y que es todo un referente educativo y cultural.
El alumnado está compuesto desde bebés en programas de estimulación musical hasta adultos que encuentran en la música un nuevo camino de aprendizaje y disfrute. «Ésta es la tercera sede que ha tenido la escuela y estamos muy orgullosos de las instalaciones, que son realmente impresionantes», comenta la María Salvador, su directora, quien destaca la importancia de contar con un ambiente acogedor y profesional para sus estudiantes y docentes.
Con un equipo de 14 profesores titulados, la escuela ofrece clases de 10 especialidades instrumentales, entre las que se encuentran violín, piano, guitarra, percusión y viento. Además, todos los estudiantes complementan su aprendizaje instrumental con asignaturas como lenguaje musical y práctica en conjuntos como la banda juvenil o la Big Band, que está más enfocada a jazz y swing. «Todos los profesores son especialistas en sus instrumentos y tienen una sólida formación académica. Queremos garantizar una enseñanza de calidad, donde cada alumno reciba la mejor atención», señala la directora. «En nuestra escuela no todo vale. Lo que prima es la calidad educativa. También intentamos cuidar y mimar a los alumnos y aunque se trate de una escuela grande, nos gusta seguir manteniendo esa familiaridad en las clases que nos caracteriza», prosigue.
La estimulación musical es uno de los programas estrella, diseñado para bebés y niños pequeños. A medida que los estudiantes crecen, pueden avanzar hacia clases individuales de instrumento y formar parte de las agrupaciones que ayudan a fomentar el compañerismo y la pasión por tocar en conjunto.
La Escuela de Música de Arroyo no se conforma con trabajar y enseñar en el ámbito local, sino que es partidaria de organizar y fomentar distintos intercambios culturales y musicales, como los que tiene previsto realizar próximamente con las bandas de Suances y Valencia. Son actividades que motivan a los alumnos a seguir aprendiendo y les abre puertas a experiencias inolvidables, como la actuación en el parque Disneyland París, donde los músicos arroyanos recibieron el pasado mes de abril, el calor del público de numerosas nacionalidades.
El calendario anual está lleno de eventos, desde conciertos de Navidad y fin de curso hasta talleres temáticos como el de Halloween para los más pequeños, e incluso Santa Cecilia, la patrona de la música. Además, los talleres permiten a los alumnos explorar todos los instrumentos disponibles en la escuela, incentivando la curiosidad y el aprendizaje.
Ambiente cercano y familiar
La concejalía de Cultura de Arroyo de la Encomienda desempeña un papel crucial en la Escuela Municipal de Música, no solo dotándola de recursos sino también promoviendo la excelencia. Cada año, otorga becas a los alumnos más destacados, permitiéndoles seguir creciendo en su formación artística. Este sistema de apoyo premia el talento y fomenta el esfuerzo de los jóvenes músicos. A pesar de ser una escuela grande, su ambiente es cercano y familiar. «La música llena el espacio y transmite tranquilidad. Es un lugar donde todo el mundo está en sintonía«, comparte Ana Sánchez, concejala de Cultura y Festejos de Arroyo. «Este es un lugar en el que la música une a distintas generaciones y se fomenta la creatividad de todos los que forman parte de ella», añade.
Las mejores instalaciones
Dentro de la Casa de la Música y el Teatro, la Escuela de Música dispone de cuatro salas de ensayo totalmente equipadas. De ellas, la que tiene asignada la Banda Juvenil, tiene 91 m2 y capacidad para 80 personas. El grupo de percusión ensaya en una sala de 107 m2. Además, la Escuela cuenta con otras dos aulas para los alumnos más pequeños, con capacidad para unos 20 niños cada una de ellas y otras cuatro aulas dedicadas a las clases teóricas con capacidad para unos 20 alumnos cada una. Además, dispone de ocho boxes de 12 m2 pensados para ensayos de uno o dos instrumentos. La Escuela cuenta también con una amplia zona de administración y recepción.
El pasado abril, los alumnos y profesores de Banda Juvenil de la Escuela Municipal vivieron una fantástica experiencia. 58 músicos con edades comprendidas entre los 8 y los 16 años, deslumbraron a un público internacional durante su participación en el pasacalles inaugural del tradicional desfile de carrozas de Disneyland París.
La actuación de los arroyanos, que estuvieron acompañados por integrantes de la Banda de Pollos, fue un éxito rotundo. Interpretaron piezas como las reconocidísimas 'Els Poblets' y 'Educando de Benejuzar', exhibiendo su destreza musical en aquel fantástico escenario mientras el público inundaba las calles del parque de «¡Vivas!» y aplausos para los arroyanos. Juan Antonio Alonso, director de la banda destaca que esta actuación fue el resultado del esfuerzo y la dedicación de sus alumnos durante todo el curso. «Estas actividades ayudan a formar lazos de amistad entre los componentes y esto hace que la Banda Juvenil se haya convertido en una familia que incluye también a los padres. Estos viajes son el motor que hace que el alumnado esté motivado y comprometido y se vea reflejado en su rendimiento», indica.
Los acompañantes de los jóvenes músicos —padres, hermanos y profesores de la Escuela de Música de Arroyo— también vivieron intensamente este desfile en Disneyland París, disfrutando de cada nota. Sin duda, fue una experiencia mágica que todos recordarán siempre.
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