El II encierro de Arroyo de la Encomienda, que se celebró en la tarde del sábado, transcurrió de forma rápida y sin incidentes reseñables. Todo, tras el susto del encierro del viernes, en el que un toro se cebó con un aficionado de origen rumano, de unos cuarenta años y residente en La Flecha y que se encontraba en evidente estado de embriaguez. Tuvo que ser atendido por diferentes traumatismos en la mandíbula, la clavícula y en la muñeca.
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A las 20:30 horas salió el primero de los dos toros, desde el cajón situado entre la calle Vista Alegre y la calle Ebro, un cuatreño que hizo las delicias de cortadores y público. Dio tan buen juego, que tras llegar a la plaza de toros, se volvió de nuevo al recorrido. El segundo, un cinqueño, también cumplió de sobra, tanto en la calle, como en el coso.
La Policía Municipal de Arroyo hizo un excelente trabajo al expulsar a numerosos menores que fueron sorprendidos en el recorrido y en la plaza de toros.
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