De electricista jubilado a artesano vocacional

Dice que no le gusta dar paseos y tampoco juega la partida, así que todo su tiempo libre lo dedica a su mayor pasión y entretenimiento, la madera. A sus 72 años, Bernardo Cabrero Martín, está hecho un verdadero artista. Las gubias, los formones y las sierras son sus mejores aliados contra el aburrimiento. Este electricista jubilado nacido en Madridanos (Zamora) y residente en Arroyo de la Encomienda desde 1998, expone hasta el 14 de octubre, más de 1.500 piezas de madera que lleva tallando desde el año 2003, cuando hizo su primera tornadera. A partir de ahí, vinieron muchos aperos de labranza en miniatura, juegos de mesa, matracas, carracas, reproducciones de monumentos, espadas, trenes, pajareras, cuencos y platos que han completado esta increíble exposición que se puede visitar en horario de 10:30 a 14:00 y de 17:30 a 21:00 en la Casa de Cultura de Arroyo.

Bernardo es un artesano del reciclaje. Viejas piezas de madera que encuentra olvidadas, él las da una segunda vida con su depurada técnica. Hace un tiempo descubrió la versatilidad de la resina y ahora la integra dentro de muchas de sus creaciones. «Yo me las ingenio y todo me sirve a la hora de trabajar. A veces utilizo los tubos cilíndricos de las patatas fritas de aperitivo como molde. Introduzco la madera y también la resina y salen piezas estupendas», dice mientras muestra orgulloso alguna de sus creaciones que, por cierto, no están a la venta. «Sólo una vez, vendí una pieza a un vecino que se le antojó para su bodega. Normalmente las hago para mí o si no, las regalo, pero no me gusta ponerles precio», comenta Bernardo, que trabaja a diario en un taller que ha habilitado en casa y que «ya se le queda pequeño». «Empecé con una navaja y una escofina y ahora tengo una barbaridad de herramientas. El mismo vicio que tengo a la hora de hacer piezas, lo tengo con los utensilios de trabajo. Si hay que me falta, enseguida me las ingenio para hacerme con ello», prosigue este veterano arroyano.

A nivel profesional siempre se dedicó a la electricidad, aunque presume de ser un gran manitas. «He hecho de todo. De fontanero, de albañil…», comenta. Dominar esas técnicas también le ha ayudado a la hora de acometer piezas muy complicadas que requerían de un diseño avanzado. «Yo disfruto mucho trabajando la madera. Hago todo lo que se me va ocurriendo. Intento hacerme con una foto y a partir de ella, yo hago el dibujo para sacar la pieza. Para mí esto es una ilusión muy grande, que me hace disfrutar en casa y he querido exponerlo para que también lo disfrute la gente», concluye orgulloso de un trabajo bien hecho.