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Paquita y Víctor saludas separados por el cristal de la puerta del portal de su vivienda a sus tres nietos, María, Javi y Marcos. Ramón Gómez
«¡Cuánto has crecido!»

«¡Cuánto has crecido!»

Paquita Rodríguez y Víctor González volvieron ayer a ver a sus tres nietos. Algo más de 4.500 niños y sus acompañantes salieron a la calle en Arroyo el primer día de desescalada del estado de alarma

Jota De la Fuente

Arroyo de la Encomienda

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Lunes, 27 de abril 2020, 11:34

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«¡Ay, qué ganas tengo de abrazaros y besaros! Pero Marcos, hijo, ¡cuánto has crecido en estos 45 días, si casi no te conozco!». Paquita, la abuela de Javi, Marcos y María no pudo contener las lágrimas cuando, asomada a la ventana de su vivienda en Vega de la Encomienda, uno de los barrios más modernos de Arroyo, junto a la Casa de la Música y el Teatro, vio llegar a sus tres nietos por la acera. En la ventana de al lado, el abuelo, Víctor, patriarca de la familia González Rodríguez, que han pasado 45 días sin ver a sus nietos.

Paquita y Víctor saludan a sus tres nietos.
Paquita y Víctor saludan a sus tres nietos. Ramón Gómez

Desde las 9:00 horas de la mañana de ayer, los menores de 14 años podían salir de sus casas al fin. Los tres nietos de Paquita y Víctor lo tuvieron claro. Nada más salir de casa, lo primero, visitar a los abuelos. A distancia presenciaban la escena las hijas del matrimonio y madres de los tres niños, María José y María del Mar, muy emocionadas, junto a una vecina que salía en ese momento a pasear un Pastor Alemán. Ellas han llevado a diario a sus padres el pan y el periódico, «El Norte, que mi padre es de leerlo a diario». Una vez por semana quedaban las dos hijas de este matrimonio para realizar la compra semanal en el supermercado cercano y llevarla al ascensor de sus padres, que recogían la compra en el segundo piso del edificio en el que viven, sin verse de cerca ni tener contacto para evitar contagios «que ya están jubilados y no vayamos a ser asintomáticas nosotras», explicaban las hijas del matrimonio.

Sin tocarse, sin acariciarse, ni abrazarse, ni besarse. Así transcurrió la primera vez que en seis semanas los abuelos volvieron a ver a sus tres nietos, alumnos de los colegios Ave María, Antonio Tovar y Margarita Salas, Javi, de doce años, Marcos, de trece, y la nieta mayor, María, que acaba de alcanzar la mayoría de edad y ayer aprovechó la salida de su hermano pequeño y su primo para pasear al pequeño perrito de raza yorkshire.

Víctor y Paquita recogieron el periódico y el pan que sus nietos dejaron en una bolsa al final de una cuerda que colgaba desde el balcón de los abuelos. Finalmente bajaron al portal para ver a sus nietos de cerca, al otro lado del cristal que los separaba, al contraluz, para tirar esos besos al aire que alimentarán las dos semanas que restan e incluso tener el detalle de darles a los tres la propina.

El pan y el periódico llegó en la bolsa que colgaba de una cuerda.
El pan y el periódico llegó en la bolsa que colgaba de una cuerda. Ramón Gómez

La familia González Rodríguez lleva 14 años residiendo en Arroyo, todos separados menos de 200 metros, cada familia en su piso. Durante el tiempo de confinamiento han dejado de celebrar muchos acontecimientos, el cumpleaños del abuelo Víctor, fundador de El Pendón, manager de espectáculos durante toda su vida, e integrante de las corales Novotempo y Támbara, el Día del Padre, el 18 cumpleaños de la nieta mayor, María, el cumpleaños de María José y tres bodas que tenían en Madrid.

Paquita apenas pudo contener las ganas de tocar a sus nietos y las lágrimas.
Paquita apenas pudo contener las ganas de tocar a sus nietos y las lágrimas. Ramón Gómez

«Hemos estado bien. Acostumbrado a estar toda la vida en la calle, ha costado un poco, pero se está pasando rápido, me falta tiempo, la verdad. He leído mucho, recuperado libros y también hemos tenido momentos tristes, por qué no decirlo», explica el abuelo Víctor, que ha leído la prensa a diario, estudiado el repertorio de sus dos corales, vistas decenas de películas y las noticias en radio y televisión, siguiendo lo que llegaba de los seres queridos y lamentando alguna pérdida de conocidos.

Casi la mitad de la población de Arroyo podía salir ayer de sus casas

El día amaneció triste y nublado en Arroyo, el municipio en el que ayer mayor cifra y porcentaje de niños podían salir autorizados a la calle si tenemos en cuenta la población total y su extensión. Los apenas 14 grados que marcaba el termómetro a las nueve de la mañana no impidieron que los primeros niños pequeños salieran de sus casas 43 días después acompañados de un adulto y cumpliendo las normas, no más de una hora, no más de un kilómetro, guardar dos metros de distancia con las personas, uso de mascarillas, una salida al día entre las 9:00 y las 21:00 horas y sin acceder a los parques infantiles ni zonas de columpios, como tampoco a las zonas recreativas de las comunidades de vecinos.

Un total 4.550 niños señala el censo que tiene Arroyo de la Encomienda menores de 14 años. Por tanto, ayer más de 9.000 personas, casi la mitad de la población -hay censadas más de 20.300 personas en Arroyo- podían salir a pasear por las zonas autorizadas del municipio en el día de ayer. Los 930 adolescentes de Arroyo mayores de 14 años y menores de 18 años son ese sector de la población que han quedado en tierra de nadie, aunque ya ven llegar el próximo sábado, día 2 de mayo, cuando podrán salir a pasear o hacer deporte en condiciones similares a las de ayer para los menores de 14 años. Ayer amanecieron desprecintados los accesos al parque lúdico de la ribera del río Pisuerga, fantástica zona para pasear, estirar las piernas y ejercitar el corazón. El próximo sábado lucirá el sol, subirán las temperaturas y el fututo se verá con más optimismo y mejor color.

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