«El ciclismo femenino está mejorando poco a poco, aunque queda un largo camino por recorrer»

Estela Domínguez García tiene tan solo 17 años, pero apunta alto en el ciclismo. Esta joven corredora debutó con tan solo 8 años en el Club Ciclista Arroyo de la Encomienda que dirige su padre, el ciclista profesional Juan Carlos Domínguez, quien la transmitió la pasión por el deporte de dos ruedas. Actualmente Estela compite en categoría junior y forma parte del equipo Bioracer-Aurubis del País Vasco. Lo compagina con sus estudios de 2º de bachillerato en el IES Julián Marías.

Está en racha. No se baja del pódium. Hace unos días se convirtió en líder del trofeo Euskaldun y el pasado domingo 21 de marzo, repitió la proeza al terminar segunda en una durísima prueba de la Copa de España Féminas Cofidis, celebrada en Beasain (Guipuzcoa). La arroyana lo dio todo en un recorrido en el que tuvo que completar tres puertos de montaña y plantar cara a las fuertes rachas de viento. De las 100 corredoras que tomaron la salida, sólo 45 cruzaron la línea de meta.

Te has estrenado en la primera prueba de la Copa de España Féminas COFIDIS, haciendo podio. ¿Como fue esta carrera? ¿Te viste desde el primer momento entre los primeros puestos?

Fue muy dura. Las demás corredoras no quisieron arriesgar, así que decidí intentar la escapada rompiendo el grupo para llegar al sprint con cuatro corredoras. La verdad es que me encontré muy bien en todo momento y pensé que podía hacer podium. Finalmente logré la segunda posición detrás de la catalana Lucía García.

¿Cuándo y dónde será la siguiente prueba?

La siguiente prueba será el próximo domingo 26 de marzo en Pontevedra. Tiene un recorrido con una subida al final que me va bien.

¿Cómo empieza tu pasión por este deporte?

Comencé con 8 años en la escuela de ciclismo de mi padre, Juan Carlos Domínguez, en Arroyo de la Encomienda. Él ha sido ciclista profesional y ha sido el que me ha inculcado la pasión por la bicicleta.

¿Cómo es tu rutina de entrenamiento?

Entreno seis días a la semana, durante una media de dos horas diarias. Unas 30 horas semanales. Hay días de series a mucha intensidad y otros de volumen o fondo. En Valladolid los entrenamientos son muy duros debido a la climatología, que es muy radical, con nieblas, heladas, viento y también días de mucho calor. La mejor estación para entrenar es el otoño, que es justo cuando finaliza la temporada.

¿Qué es lo que te ha enganchado de este deporte?

Me engancha la progresión, las amistades que se crean, lo mucho que se viaja y los distintos lugares que conoces.

¿Qué consejos darías a las chicas que están empezando a competir en esta disciplina?

Les daría los mismos consejos que me dio a mí mi padre cuando empecé a practicar este deporte: Trabajo, constancia e ilusión, para llegar lejos.

¿Cómo ves actualmente la situación del ciclismo femenino?

El ciclismo femenino está mejorando poco a poco, aunque queda un largo camino por recorrer y muchos cambios por delante.

¿Qué es lo mejor que te ha pasado sobre la bici?

Lo más bonito que me ha pasado, fue la victoria de la prueba de Copa España en Pontevedra, en el año 2020. Entonces estaba en categoría cadete, en la modalidad de ciclocross.

¿Cómo te ves en 10 años en este deporte?

No me planteo metas tan lejanas, ya que compaginar deporte y estudios es muy duro. Ojalá algún día se acerque al masculino y las mujeres podamos dedicarnos a él profesionalmente.

¿Cómo se lleva que tu padre sea tu entrenador?

Es una suerte ya que me apoya mucho. Siempre he sabido diferenciar entre las facetas de padre y preparador.

¿Cuál es tu próximo objetivo?

Un podium en otra prueba de Copa España y alguna victoria en Euskadi. También una medalla en los campeonatos de España que se celebran este año en Valladolid, aunque soy consciente de que será muy complicado.

¿Y a largo plazo?

Sin duda, me gustaría formar parte de un equipo profesional femenino.

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